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miércoles, 19 de mayo de 2010

¿Crisis, cual crisis?

La desaparición y supuesta muerte del jefe diego ha generado polémica tanto en el contexto nacional como en el ámbito internacional, misma que ha servido como cortina de humo para los problemas que no solo afectan el corazón de miles de ciudadanos que día a día sufrimos las carencias que esta crisis económica, principalmente en el sistema financiero, ha generado y que a la vez justifica, sino que además afecta de forma directa la capacidad adquisitiva de quienes en estos días tienen el lujo de poseerla.

Pero ¿cual es la crisis en realidad?, ¿como funciona? y ¿a que se debe?, preguntas difícilmente contestadas por los medios masivos de comunicación, ¿omisión o comisión? No sabemos ni es importante saberlo. Esta crisis esta profundamente vinculada en todos los sectores de las sociedades desarrolladas, afecta directamente a los países antes conocidos como tercermundistas o envías de desarrollo, hoy economías emergentes. Es la causante o pretexto del incremento de precios en la canasta básica (tortillas, frijoles, aceite, etc.) y en la gasolina y del tan lamentado “desempleo”.

A diferencia del crack del 29, o mejor dicho la crisis económica de 1929, donde el libre mercado colapso la economía derivada de una producción acompañada de la carencia de los ciudadanos para poder adquirir los artículos necesarios para el desarrollo humano, como justamente pasa en estos días, donde el valor del trabajo es mucho mas bajo que el salario que se recibe por tan valerosa contribución, es decir si por cada ocho horas de trabajo tendría que alcanzar para adquirir artículos no solamente necesarios para el desarrollo familiar, también recreativos y de ocio, hoy ocho horas de trabajo no alcanzan, en la mayoría de los casos, para satisfacer la alimentación diaria. ¿Cuál fue la solución a este vil abaratamiento del valor del trabajo y por ende al crack del 29?

El crédito es un jugoso negocio de instituciones y empresas, consiste básicamente en organizar el dinero que a empresas y personas le sobra para así otorgárselo a empresas o personas que lo necesiten cobrando por este servicio una jugosa cantidad de dinero vía “intereses”, el crédito es el dinero que “oscila” entre el Superávit o abundancia de pocos y el déficit o carencia de muchos. Para solucionar el problema y la falta de capacidad adquisitiva, los economistas, victimas, esclavos y perros del dinero, consideraron que todas las personas deberían de gozar de este derecho. Sin embargo, cada vez se empobrece más el valor de la fuerza de trabajo y las personas trabajadoras pierden poco a poco la capacidad para adquirir sus vienes, arrastrando deudas que con el tiempo crecen.

Si en las personas es difícil entender esta relación, lo es más difícil cuando se trata de Estados nación, todos sabemos que los deportes olímpicos son una empresa rentable, desde el señor o señora que produce y vende cervezas hasta el señor que vende comerciales en su canal de televisión, o inclusive desde el señor que vende el derecho de su propio sistema (satelital o cableado) de comunicación hasta aquel que vende las televisiones y pantallas de plasma, que para el caso, aun siendo diferentes personas, son la misma porquería. En Grecia los juegos olímpicos “Atenas 2004” significaban jugosas ganancias, que la nación greca no dudo ni un segundo en endeudarse con cantidades millonarias con tal de invertir su capital en dicho evento, obteniendo así ganancias millonarias para empresarios, y una deuda que hasta el día de hoy no ha logrado pagar, reflejada en la profunda crisis económica que atraviesa, causante del descontento que observamos en periódicos y canales de televisión.

Esta crisis que no se origino en Atenas, pero que se refleja en ella de forma más profunda, junto con España y Portugal, no solo ha tenido como consecuencia violentos y viles actos de represión en contra de la sociedad en general y particularmente contra los grupos que se organizan para proponer modelos alternos en las relaciones económicas o inclusive una transformación radical de la economía dominante, además, ha dejado al desnudo el papel del Estado como protector de los intereses económicos de una clase en el poder (los empresarios) y que pese a la muerte de aquellos que carecen de voz y voto efectivo, defiende a capa y espada.

 
La organización social, por otro lado ha demostrado que otra sociedad es posible, ha denunciado que esta sociedad basada en la explotación del hombre por el hambre no solo perjudica a la humanidad entera, sino que además ha ido deteriorando el sistema ecológico, y hoy se refleja en los desastres “naturales” que se sufren en la orbe entera, y la precaria calidad con la que los seres vivos convivimos en este, nuestro planeta. No es nuestro papel juzgar si la lucha por una sociedad libre y sin clases es o no conveniente en estos días de explotación, opresión y miseria, o si por el contrario rezar para así disfrutar en muerte lo que se nos negó en vida sea suficiente o necesario. Sin embargo, considero pertinente que ocupemos nuestras energías, coraje y valor no en la desaparición y supuesta muerte de un político, símbolo del fascismo mexicano, sino en la transformación y critica de esta agreste realidad.

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