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jueves, 3 de octubre de 2013

Antes las recientes, pasadas y futuras detenciones, Presos libertad.

En el contexto de las recientes detenciones, consideramos necesario hacer un análisis muy puntual sobre la dinámica que se ha venido desarrollando, ya sea por temor, oportunismo u otras razones que escapan a nuestra comprensión, y que dominan en las acciones que buscan la libertad de los compañeros que terminan en las garras de los cuerpos de seguridad estatales.

El Estado para perpetuarse, mantiene una política represiva contra individuos o grupos que atenten contra su modelo de sociedad, por su naturaleza impone un marco jurídico y la existencia de presos es algo inevitable. Desde nuestra posición libertaria buscamos la destrucción total de las prisiones físicas y/o mentales impuestas a cualquier individuo, sin embargo lo que en este momento genera nuestra reflexión y critica, son los llamados presos políticos.

Para nosotros, buscar la libertad de cada uno de los presos tiene la misma importancia; por ello condenamos las recientes acciones en las que se ha priorizado la libertad de unos sobre otros, cuando no tendría por qué haber diferencia ya que dichas detenciones están derivadas dentro del contexto de la lucha social, razón por la cual cada detención es un golpe al movimiento mismo. Es de sorprender que, incluso grupos anarquistas caigan en estas practicas selectivas y las conviertan en costumbres.

La libertad de los presos políticos debe lograrse por medio de la movilización política; esta claro que el individuo decide su estrategia jurídica si es que decide tenerla, pero esto no tiene por qué ser una condicionante en una lucha que es por todos los presos. Hoy se nos pretende imponer el desarrollo de los procesos jurídicos frente a la acción política con el falso argumento de los tiempos legales. En el entendido de que es el estado quien decide las detenciones también es quien, en cualquier momento del proceso y con la presión suficiente en las calles, puede decretar el fin del procedimiento jurídico; hemos sido testigos en múltiples ocasiones de que con los peores pronósticos encima hay compañeros que han sido arrancados de las mazmorras con la lucha callejera. Sin embargo aún no vemos a abogado alguno por brillante que sea doblegar los barrotes carcelarios por sí solo. No creemos en las leyes porque sabemos que su finalidad es el sometimiento, perpetuar la propiedad y la protección del poder, y por lo tanto no tenemos que sujetar nuestro accionar a estas, ni a los canales que el mismo estado impone; sin embargo no objetamos que los compañeros presos tengan una defensa jurídica si así lo deciden. 

La dinámica de juntar dinero para fianzas nos coloca siempre en una situación desesperada, pero más importante que eso somete a los compañeros a una libertad condicionada y creemos también que a una acción condicionada. Ser liberados bajo proceso enfrenta a los compañeros a la disyuntiva de elegir participar como hasta ese momento o proteger su integridad para evitar una nueva detención. Incluso deja a los compañeros en una situación más grave que es enfrentar el proceso judicial solo, ya que muchos de los detenidos no figuran en ninguna organización. No es cuestión de mezquindad ni de regatear centavos, sabemos que habrá ocasiones en que sea nuestra única alternativa pero los recientes sucesos no han sido el caso. El dinero hasta el momento no ha comprado la libertad de algún preso político sin embargo en la locura de conseguir miles de pesos en horas, hay quienes han lucrado con la desesperación y quienes sin haberlo hecho han caído bajo esa misma sospecha.

Los presos no pertenecen a un grupo o individuo, los presos son de todos. Precisamente por el contexto de su detención debemos luchar por su libertad con acciones efectivas que den un claro mensaje al enemigo: no dejaremos a ningún compañero en la cárcel ni bajo procesos judiciales. Sorprende pues el atrevimiento que se toman algunas organizaciones para definir que sólo ellos pueden decidir las movilizaciones o peor aún, la ausencia de ellas por algún preso; estas prácticas parecen de grupos que buscan con las detenciones hacer mártires de los compañeros y/o acrecentar sus organizaciones. Al tener presente que cada preso, sea militante o no de alguna organización, es un duro golpe a la lucha social y que de forma directa o indirecta afecta a los partícipes de ésta, no podemos permitir como libertarios estar sujetos a políticas, actitudes y acciones que desde nuestra perspectiva buscan usar a los presos como capital político y no aspiran a buscar su libertad, bajo extrañas consignas como que "los presos son un mal necesario" o que "la lucha por su libertad nos distrae de los objetivos principales". ¡Esto es mezquindad!

No hay pequeños esfuerzos; estamos seguros de que cualquier acción o actividad encaminada a la búsqueda de la liberación, por pequeña que ésta sea, contribuye de forma sustancial a lograr el objetivo, sabemos que la peor acción es la ausencia de ella, diversas organizaciones e individuos de forma mal intencionada o por razones que desconocemos, buscan desmovilizar con el falso pretexto de que no existen las condiciones o no somos los suficientes para accionar y eso sólo nos conduce a la inoperancia, haciéndole el juego al estado y complicando más la situación de los compañeros presos. No creemos en la política de masas y no tenemos por qué estar sujetos o depender de ella. No someterán nuestra acción con argumentos sumisos y miedosos.

Hacemos un llamado a las diferentes organizaciones e individuos anarquistas a que busquemos métodos y espacios que nos lleven a generar nuevas estrategias. A discutir cada una de las posturas que existen sobre la lucha por la liberación de los presos, siempre y cuando estos esfuerzos no sean limitantes y respeten las diferentes formas de acción y de organización colectiva e individual.

En pro de la libertad de los presos y en contra de la represión; destruyamos las posturas oportunistas y sumisas.


Presos a la calle
Abajo los muros de las prisiones.
Muerte al estado, viva la anarquía.

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