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jueves, 30 de septiembre de 2010

Los Herederos

¿La memoria histórica debe ser la contemplación estática del pasado y sus consecuencias presentes?

Parece que para los “herederos” del 68’ la institucionalización de las fechas y acontecimientos que como movimiento social nos han nutrido, es una prioridad. Lo más importante: salir en la foto, más decrépitos y seniles que antes, olvidados ya de la bota militar que pisoteó sueños e intenciones, borrado de la memoria el dolor de ver a los suyos muertos o encarcelados, despojados de la rabia con que se enfrentaba la represión policiaca.

Hoy, estos portadores de perpetuas credenciales revolucionarias, pasan por alto de manera maliciosa que nuestra realidad es tan terrible como aquella y que estamos doblemente motivados a intentar derrotar (por la fuerza) este sistema de muerte. Así entiendo la necedad de estos oscuros personajes, en su negativa a que los integrantes del municipio autónomo de San Juan Copala encabecen la marcha del día 2 de Octubre; y es que el protagonismo y el oportunismo no tienen empacho en mostrar su cara más cínica y cruel al marginar las nuevas luchas que buscan una transformación real y radical en su entorno.


Aún está fresca la imagen en mi memoria de la marcha del 2 de octubre del año pasado, en la que un grupo de compañeros solicitamos con desesperación encabezar dicha marcha, no con la intención de figurar individual o colectivamente en los periódicos y la prensa del día siguiente; sino con la convicción de que esto ayudaría a nuestro compañero Ramsés Villareal a obtener su libertad después de haber sido falsamente acusado de participar en unos atentados contra bancos. No pretendo incluir la discusión sobre si la violencia revolucionaria es correcta o incorrecta aquí, pues no es la motivación de este escrito (puede ser la de uno posterior), sin embargo adelanto que cualquier herramienta de lucha concentrada en acabar de fondo y no de forma con el capitalismo y sus atroces realidades, para mí es válida y aún más necesaria.

Quiero llamar su atención a reflexionar que también hace ya un año que nuestro compañero Víctor Herrera Govea está preso y que ninguno de estos tristemente célebres personajes se ha pronunciado siquiera a favor de su libertad. Y es que parece que duelen más los muertos de antes que los muertos de ahora, que la cárcel atenta más contra los de ayer que contra los de hoy.

El llamado que les hago a quiénes consideran que aún hay motivos para seguir saliendo a las calles a protestar (de todas las formas) contra el conjunto de componentes que directa o indirectamente sostienen esta fábrica de miseria y opresión; es que no permitamos que los herederos de siempre (y los futuros) que se han vuelto (cuando menos) cómplices ciegos, sordos y mudos de este presente inaceptable impongan su cinismo frente a las necesidades de un movimiento que aspira a crecer como una ola arrasadora de viejos conceptos que se lleve consigo las medallas que muchos se colgaron y que año con año pulen para que sigan brillando; sustituir todo aquello con la conciencia y la acción permanente como única forma de lograr cambios concretos y radicales y no como el enaltecimiento individual de los triunfos, construcciones y derrotas que han sido, son y serán colectivas.

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