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martes, 27 de diciembre de 2011

ANARQUÍSMO Y GUERRILLA URBANA | Texto Online


Extracto del texto ANARQUÍSMO Y GUERRILLA URBANA


Para resumir, permitidme que cite un artículo que apareció en el Prison News Service diez años después de lo de Litton:

Se hace patente que acciones políticas como las de estos atentados, propaganda por el hecho, como son conocidas, no son comprendidas en una sociedad no política. Incluso aunque unas pocas personas comprendiesen las motivaciones que se esconden tras el ataque, el lado positivo es que tampoco tiene por que haber necesariamente una importante reacción en contra. Es un error pensar que algo como el atentado de Litton podría convertirse en una llamada que despertase a la gente y las motivase a hacer algo contra la situación crítica con la que se enfrentan. Pero explicado apropiadamente puede marcar la diferencia para aquellas personas que ya están concienciadas de la situación y que están frustradas con otros métodos de lucha.

Las acciones de guerrilla no son un fin en si mismas; Eso es, una acción en singular, o incluso una serie coordinada de acciones, tienen poca probabilidad de conseguir algo más que un objetivo inmediato. Tales acciones son problemáticas si se asume que pueden llegar a substituir al trabajo político no clandestino. Pero si se pudiesen situar dentro del trabajo político en su conjunto, una táctica más entre tantas, entonces podrían aportar al movimiento más espacio con el que maniobrar, haciéndolos a ambos más visibles y creíbles. Al mismo tiempo, se daría a los activistas un impulso psicológico, una sensación de victoria, a pesar de lo efímero, de modo que pudiesen emprender su propio trabajo político con un entusiasmo renovado...

Para la mayoría de activistas americanos, la lucha armada se reduce a una cuestión moral: ¿Deberían o no deberían usarse medios violentos para avanzar en la lucha?. Aunque esto es relevante a un nivel personal, solo crea confusión alrededor de lo que realmente es una cuestión política. La mayoría de los radicales, en este momento de la historia, no se van a involucrar directamente en ataques armados. Pero tal como se desarrollan los movimientos de resistencia en Norteamérica es inevitable que algunos lleguen a asumir acciones armadas. La cuestión se enfocaría sobre si estas acciones armadas serían aceptadas como parte del espectro de actividades necesarias. Mucho dependería de si la gente estuviera sufriendo agresiones o amenazas. Lejos de ser “terrorista”, la historia de la lucha armada en Norteamérica muestra que la guerrilla fue lo bastante cuidadosa al seleccionar sus objetivos. Existe una diferencia importante entre atentar contra objetivos militares o corporaciones, o incluso asesinar a policías en respuesta a su uso de la violencia, y colocar bombas en calles multitudinarias. La izquierda en Norteamérica nunca ha llevado a cabo actos aleatorios de terror contra la población en su conjunto. Denunciar a cualquiera que hubiese elegido actuar fuera de los restrictivos y definidos límites de la “protesta pacífica” a fin de aparentar una moralidad superior, o para teóricamente evitar a la población alienada, es otorgarle al Estado el derecho de determinar cuales son los limites permitidos de la protesta.

La represión es más efectiva cuando es capaz de evitar que las ideas radicales sean transmitidas a una nueva generación de activistas. Si las ideas pueden ser transmitidas, entonces la nueva ola de activistas desarrollará sus políticas desde la base que ya había sido creada. Afortunadamente, un entorno relativamente pequeño pero muy activo de jóvenes activistas adoptó muchas de las políticas alrededor de Direct Action y las desarrollaron a través de proyectos como Reality Now, Anarchist Black Cross y Ecomedia. Su trabajo en movimientos como el pacifista, el punk o el de apoyo a los indígenas ayudó a asegurar que aquellas políticas no murieran cuando los Cinco entraron en prisión.

Jim Campbell

Lee el texto completo en la seccion de Textos Libertarios.

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