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sábado, 5 de marzo de 2011

CONTRA LA MILITARIZACIÓN DEL PAÍS

---------- Mensaje reenviado ----------

CONTRA LA MILITARIZACIÓN DEL PAÍS:

Los pueblos mexicanos, como todos los pueblos del mundo, tienen una larga trayectoria revolucionaria; las guerras que le han dado sentido y significado a lo que se conoce como México solo son uno de los ejemplos más ilustrativos y comunes de ésta trayectoria, así como las incontables batallas que libra y ha librado en contra de sus explotadores. Hoy este mismo pueblo se muestra “pasivo” frente a una guerra social de exterminio, donde el gobierno federal, con el pretexto del narcotráfico, ha atacado estratégicamente puntos potencialmente conflictivos, tanto regionales como económicos y sociales.

Ciudad Juárez, una de las referencias más notorias de esta guerra, ha sido un foco de violencia desde el ascenso de las maquilas y la firma del TLC, industrias extranjeras colocadas on the border, en una suerte de salvajismo del liberalismo neoclásico, utilizan la mano de obra de los chiguaguenses para producir mercancías que se colocaran en un mercado controlado por la nación vecina del Norte, generando un ciclo extenso de producción social, que atraviesa los limites político-geográficos y convirtiendo a la ciudad fronteriza en una ciudad de trabajadores/consumidores dependientes de mercancías foráneas, no en una sociedad de productores, pues cumplen una función mecánica y sistemática de la producción social de otra sociedad. Hoy ésta ciudad llena de contradicciones económicas es el escenario de lo que en el 2009 se declaró como la ciudad más violenta del mundo (CCSP: 2009) y hoy demuestra no tener comparación alguna, a pesar de los esfuerzos árabes.



Una posición que revindique el derecho a la vida de los pueblos debe entrar en lucha permanente contra todos los factores que ofrezcan muerte, no para conciliar, mediar o sintetizar los intereses de las clases, sino para erradicar los elementos que hacen de ésta sociedad, una nación dependiente, injusta, deshumana y egoísta. Sin embargo, el proyecto eje se muestra ambicioso para las capacidades de hombres y mujeres desorganizados y aislados operativamente los unos de los otros. En este contexto surge una exigencia contra la militarización del país, propuesta legitimada por la juventud mexicana cansada de ser espectadora permanente de su propia muerte y sin posibilidades reales de internarse en la lucha combativa. La exigencia contra la militarización del país no significa la paz contra los explotadores, sus gobiernos y sus perros guardianes y tampoco significa la renuncia de los mecanismos permanentes de defensa y ajusticiamiento que el pueblo ha creado, menos el “alto al fuego” de las organizaciones revolucionarias. Ésta solo puede lograrse con el ejercicio continuo y permanente de la violencia revolucionaria; por que sabemos que no cambiaremos nuestra realidad mediante las palabras o los mecanismos electorales; y acompañada de una campaña política, cultural y social que promueva nuestras utópicas aspiraciones por una sociedad sin clases. Se puede organizar bajo la consigna y coyuntura contra la militarización y ha de ser ejecutada por personas que han logrado romper las barreras del miedo y comenzado a deconstruir la sociedad que los oprime en la miseria y el olvido.

Contra la militarización y la violencia del Estado Capitalista y por la organización social: ¡Muerte al Estado y que viva la Anarquía!

3 comentarios:

  1. Habría que definirse. Si estás contra el estado en términos anarquistas entiendes que la "exigencia" de la desmilitarización es a lo mucho un recurso táctico y no tiene nada que ver con las aspiraciones revolucionarias libertarias. No es cierto que exigirla no quiera decir dejar de ser antiestatista; o exiges un estado democrático basaso en el consenso y no en las armas o luchas por la muerte definitiva del estado. O en otros términos: a la hora de presentar luchas y resistencias tácticas, los argumentos revolucionarios son contraproducentes; a la hora de la revolución, la táctica de la "exigencia" estorba. Hay que saber lo que se está haciendo cada vez, si no, lo que reina es la confusión.

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  2. Me parece adecuado el comentario. Un revolucionario no le pide nada al Estado, ni tampoco se lo exige. Al Estado se le combate, se le obliga a retroceder, se le destruye. Sin embargo el Estado existe, por lo tanto tampoco se puede ignorar su papel ni su influencia en el resto de los sujetos. Por tanto la movilización debe orillar al Estado y a todos sus representantes a ceder ante sus consignas. No pedirselo sino obligarlo,porque al dia de hoy la insurrección no ha llegado.

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  3. Creo que al texto hay más cosas que cuestionarle, sin exigirle un carácter revolucionario, que por si solo no puede poseerlo. La pregunta sera entonces... ¿Existen esas estructuras organizativas de defensa, resistencia y ataque contra el capitalismo?, si es así, cual es su carácter y su posición frente a el Estado...

    Por lo referente al la exigencia contra la militarización no podemos obviarla, ni ignorarla... pero es conveniente utilizarla como espacio coyuntural que nos brinde cierta operatividad y organización... no podemos apostar la suerte de nuestro destino a los militares, o a las reivindicaciones en su contra, pero podemos utilizar esa exigencia, no para exigir, sino para actuar.

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